一走进放马的收场,小银就开始一瘸一瘸地走路。我歪下身子……
“伙计,怎么啦?”
小银将它的右蹄稍稍抬起,露出掌心,整个身子松软乏力,空悬着的蹄子几乎不敢碰路上的热沙。
毫无疑问,我比老达尔朋,也就是它的医生,更加关切。我小心地弯起它的脚,查看它那红红的掌心。整整一根桔树的长刺,像一把圆刃的翡翠短剑,扎进了它的掌心。我心痛地、颤巍巍地将刺拔出,再把可怜的小银带到长满黄百合花的小河边,让流水用清洁的长舌轻轻地舔它的伤口。
然后,我们一前一后地走向白色的海洋;它仍旧一瘸一拐地走着,并不时用头轻轻地拱摩我的背脊……
XII
LA PÚA
Entrando en la dehesa de los Caballos, Platero ha comenzado a cojear. Me he echado al suelo...
-Pero, hombre, ¿qué te pasa?
Platero ha dejado la mano derecha un poco levantada, mostrando la ranilla, sin fuerza y sin peso, sin tocar casi con el casco la arena ardiente del camino.
Con una solicitud mayor, sin duda, que la del viejo Darbón, su médico, le he doblado la mano y le he mirado la ranilla roja. Una púa larga y verde, de naranjo sano, está clavada en ella como un redondo puñalillo de esmeralda. Estremecido del dolor de Platero, he tirado de la púa; y me lo he llevado al pobre al arroyo de los lirios amarillos, para que el agua corriente le lama, con su larga lengua pura, la heridilla.
Después, hemos seguido hacia la mar blanca, yo delante, él detrás, cojeando todavía y dándome suaves topadas en la espalda...